El hombre que se encuentra imputado por homicidio calificativo agravado por el vínculo, mientras que ella es acusada de omisión.
Hace un año, el 15 de mayo, José Luis Oroná obligó a su pareja a parir en un descampado, a la intemperie y sin asistencia médica. Después, le arrebató de los brazos al bebé recién nacido y dos semanas más tarde, encontraron su cuerpo adentro de un bolso en una casa de Unquillo, Córdoba. Fue el final de una relación marcada por la violencia. Esta semana empezó el juicio por la muerte de Selene y los dos se sentaron en el banquillo de los acusados, a pocos metros de distancia.
La imputación contra él fue homicidio calificado agravado por el vínculo y para ella por omisión. Es decir, la acusan de no haber hecho nada para evitar la muerte de su bebé. La única pena prevista para este delito, si son declarados culpables, es la prisión perpetua.
Dahyana Gorosito tenía 20 años en ese momento. Durante la primera audiencia del debate relató en primera persona lo que recordaba de esa mañana fría, cuando empezaron las contracciones y supo que iba a tener a su hija.
Según su testimonio salió de su casa caminando rumbo al hospital y en el camino la interceptó Oroná. La subió a su camioneta y le dijo que la iba a llevar. Pero en realidad, ya había puesto en marcha su plan. Iba a decir que la nena había nacido muerta en el Hospital José Miguel de Urrutia y que no se la habían entregado.
Dahyana dio a luz en el suelo, sobre un trapo. Lloraba, mientras Oroná le gritaba que no quería a esa beba porque no era de él, que no la iba a tener, y la amenazaba con una tijera.
Selene nació y él se la sacó de los brazos. Ella se desvaneció y recién supo que su hija estaba muerta el 5 de junio.
Para sus abogados defensores, hay pruebas suficientes para demostrar que la mujer actuó coaccionada y amenazada. La acusación “no es por haber hecho algo, sino por haber omitido, sabiendo lo que ocurría, omitir deliberadamente y de esa manera consentir pasivamente la muerte de la beba”. La estrategia del abogado de Oroná, por su parte, fue basarse en las relaciones personales y afectivas de la joven para desprestigiar su imagen ante el jurado popular.
Dahyana se fue de su casa a los 14 años por situaciones de violencia, por lo que no tiene vínculo con su familia. Fue a vivir a lo de una amiga, hermana de Oroná y a los 17 quedó embarazada de él y dejó los estudios.
“Todo este calvario me llevó a perder a mis dos hijos”. Desde que salió de prisión, hace tres meses con libertad condicional, no pudo retomar el contacto con su hijo varón porque la familia paterna se niega. Se encuentran en etapa de readaptación y cada tanto se cruzan en un Juzgado.